jueves, 25 de agosto de 2005

Vicki Sherpa



Fragmentos de la entrevista de El País (24-08-2005) de Mora y Ruiz Montilla, titulada "¡Necesito dinero para educar a los niños parias!"

Vicki Sherpa narra su historia mientras se come a besos a sus dos hijos catalano-nepaleses.

Pregunta. ¿Quién es usted?
Respuesta. Yo me defino como mendiga, porque cambié ser maestra en una escuela Montessori por irme a mendigar dinero para educar a los niños parias nepaleses. Había leído a Herman Hesse, me gustaba el Tíbet y en el 88 me decidí...
P. Y se largó.
R. No, no, cerraron el país a los turistas. Pero un tibetólogo, Ramón Prats, me dijo que mejor fuera a Nepal. Y me fui. Fue un chasco de los peores de mi vida. Vi a esos niños en la calle y me pasé tres días llorando.
P. ¿Cómo eran?
R. Mendigaban y se peleaban con las vacas, las ratas y los perros por comer basura. Yo era una maestra elitista y se me partió el corazón. Investigué sobre el sistema educativo y vi que era un desastre: profesores sin título, niños hacinados, aulas en las que nosotros no meteríamos a los cerdos... Me trastornó.
(...)
P. Pero al fin se fue.
R. Antes aprendí la lengua nepalesa en Barcelona. Luego hice una maleta de 20 kilos. Una familia me adoptó como hija. Al año y medio monté la primera escuela, un parvulario para tibetanos refugiados.
(...)
P. ¿De dónde saca el dinero?
R. De patrocinios. La Generalitat me quitó la subvención de siete millones de pesetas que me daba cada año. Por eso estoy aquí, para buscar patrocinadores. ¡Necesito dinero para educar a esos niños!
P. ¿La subvención se la quitó el tripartito?
R. Sí. Cerramos dos meses...
P. ¿Y cuánto dinero necesitan?
R. 40 millones de pesetas.
(...)
P. Más que escuela, ONG.
R. Lo que más choca es que en un sitio como Nepal tengamos escuelas como las de aquí. Pero no podemos dejar de ayudar a los padres si queremos que los niños vengan al colegio. Si no, los mandan a mendigar o a trabajar.
(...)
P. Y el método ¿cómo es?
R. Se trata de cambiar la mente de los niños. Los parias están acostumbrados a obedecer sin pensar. El sistema de castas les obliga a pensar como parias y a serlo toda la vida. No tienen derecho a educarse ni a juzgar ni a discutir. Sólo piensan: no sé, no debo, no puedo, no me merezco, no soy. Esa empanada hay que quitarla. Mi filosofía es que Nepal está en el mundo, y que esos niños tienen los mismos derechos que los de aquí. Así se equilibra la injusticia. Y con conocimientos y pensamiento crítico, el dinero llega.
P. El poder de la mente...
R. Aquí enseñamos habilidades, a leer, escribir, sumar, pero hemos descuidado la madurez de la mente, el carácter, la relación con el otro, la disciplina, la práctica de las virtudes, la resolución de conflictos. Todo eso está en nuestro currículo con el mismo rigor que lo demás.
P. Y los parias dejan de ser parias.
R. Tienen una coraza. Ya no aceptan nada a ciegas. Ahora piensan por sí mismos. Y lo cuestionan todo continuamente. Las primeras promociones ya están en la universidad, otros en negocios, otros son maestros...
Alegría y coraje.

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